Venezuela dejó de permitir vuelos de repatriación de migrantes desde Estados Unidos y México

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Venezuela ha cumplido su amenaza de dejar de aceptar vuelos de inmigrantes deportados de Estados Unidos y México, afirmaron  fuentes enteradas citadas por The Wall Street Journal.

Esta decisión añade presión sobre el presidente Joe Biden en un momento cuando el aumento de la inmigración ilegal se convierte en un tema clave en las elecciones presidenciales de este año.

El gobierno del presidente Nicolás Maduro habría tomado la medida después de que Washington reimpusiera algunas de las sanciones económicas que había levantado previamente a Venezuela.

El Ejecutivo de Estados Unidos dijo que Caracas no ha cumplido con las promesas que hizo para restaurar el orden democrático y avanzar hacia la celebración de elecciones presidenciales justas.

Los vuelos casi semanales de Estados Unidos a Venezuela se interrumpieron a finales de enero, revelaron funcionarios estadounidenses, tras un acuerdo inicial alcanzado en octubre.

Las posibilidades de reanudarlos parecen escasas ahora que las relaciones entre ambas partes se están deteriorando, dijeron personas implicadas en las conversaciones.

El aumento de las deportaciones y la contención de la oleada de inmigrantes procedentes de Venezuela, la tercera migración más grande después de México y Guatemala, podrían haber ayudado a aliviar la presión sobre Biden, cuyos índices de popularidad en las encuestas han ido bajando antes de las elecciones presidenciales de noviembre, en parte debido a la cuestión de la inmigración.

El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos dijo que no está retrocediendo en la aplicación de la ley fronteriza y está trabajando con aliados en la región para hacer frente a la migración histórica.

“Si los migrantes venezolanos no se acogen a las vías legales”, dijo una portavoz, “están sujetos a expulsión”, o su deportación a México.

Falta de vuelos comerciales

Sin embargo, existen obstáculos, uno de los cuales es que no hay vuelos comerciales directos entre Estados Unidos y Venezuela. Las autoridades mexicanas tampoco deportarán a venezolanos en vuelos comerciales, dijo una fuente familiarizada con las medidas.

Si no hay vuelos de deportación del gobierno estadounidense a Venezuela, “es evidente que no hay capacidad para deportar a los venezolanos de vuelta a su país”, dijo Tom Cartwright, que rastrea los datos de vuelos de deportación para Witness at the Border, un grupo estadounidense de defensa de la inmigración.

La interrupción de los vuelos deja ahora a Estados Unidos más dependiente de las autoridades migratorias de México y Panamá, países por los que han pasado cientos de miles de venezolanos en los últimos años para buscar asilo en Estados Unidos.

La medida de Venezuela también dificulta la capacidad de las autoridades migratorias mexicanas, que acaban de restablecer las deportaciones directas a Venezuela con dos vuelos a finales de diciembre.

Ante la imposibilidad de deportar a los migrantes venezolanos detenidos, las autoridades mexicanas los trasladaban en avión desde las comunidades situadas a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México hasta ciudades del sur del país, en un esfuerzo por desalentar el flujo de migrantes procedentes de Venezuela con destino a Estados Unidos y evitar concentraciones masivas cerca de la forntera.

Una reciente sentencia del Tribunal Supremo impide a las autoridades aztecas detener a los migrantes que cruzan México ilegalmente durante más de 36 horas.

No es una medida formal

Otra fuente cercana al asunto dijo que la detención de los vuelos de deportación venezolanos no es una medida formal.

En su lugar, los diplomáticos venezolanos están obstruyendo la salida de los vuelos al no verificar la ciudadanía de las personas identificadas para la deportación, un proceso que garantiza que los enviados a Venezuela tengan la nacionalidad.

En algunos casos, los diplomáticos dicen que no tienen personal para llevar a cabo dicha verificación de ciudadanía, dijo esta fuente. En otros casos, las autoridades venezolanas afirman que sólo aceptarán a los deportados que se ofrezcan voluntariamente a regresar a su país.

El acuerdo de deportaciones entre Estados Unidos y Venezuela se anunció en octubre, tras más de un año de negociaciones secretas entre altos funcionarios estadounidenses y venezolanos.

Estados Unidos levantó las sanciones impuestas a la industria petrolera y otros sectores en Venezuela, se realizó un intercambio de prisioneros y Venezuela dijo que tomaría medidas para permitir la celebración de elecciones a finales de este año con la esperanza de reactivar su economía.

Se calcula que 7,7 millones de venezolanos han abandonado el país desde que Maduro asumió el poder en 2013, huyendo de la delincuencia desenfrenada, la pobreza y la persecución política.

Altos asesores de la Casa Blanca habían argumentado que la celebración de elecciones libres y la estabilización de la economía en Venezuela podrían ayudar a frenar la salida de migrantes venezolanos y animar a algunos a regresar.

 

Agencias

 

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