Columna: Orquestas & Soneros

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TRES GRANDES DE LA SALSA LE CANTAN AL CRISTIANiSMO

¡Ay! Cómo lo escupieron

Cómo lo empujaron

Cómo lo llevaron a crucificar

Así comienza la canción «El Todopoderoso» del legendario Héctor Lavoe, quien tomó la letra del venezolano, Perucho Torcat .

Durante la pasada fecha del 23 de marzo al domingo 31, Semana Santa, en BBC Mundo nos adentramos en esa canción así como también en otro clásico de la salsa: «El Nazareno», de Ismael Rivera, y en «Los fariseos» de Richie Ray y Bobby Cruz.

«Las tres son canciones emblemáticas para una generación de latinoamericanos, especialmente de caribeños, que sentimos que expresan nuestra fe de una manera profunda y desde nuestra cultura, además de que podemos danzar y cantar nuestra fe», le dice a BBC Mundo el padre Alfredo Infante, jesuita, párroco de la parte alta del barrio La Vega, un suburbio de la ciudad de Caracas, Venezuela.

El principio

«La salsa, como una expresión musical enraizada en las vivencias del pueblo, no podía dejar por fuera a unas de las más importantes de todas: las religiosas», le indica a BBC Mundo el investigador Tomás Straka, miembro numerario de la Academia Nacional de la Historia de Venezuela y director del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).

Se trata de las sociedades del Circuncaribe hispano, muy creyentes, imbuidas en un sincretismo entre el catolicismo y las religiones africanas que define cada momento de la existencia».

Cuba, indica Straka, fue donde se gestó «el ojo de ese huracán que es la salsa, el universo de las religiones africanas, y su música saltó rápidamente al repertorio de las orquestas que, en formato de big bands y después en conjuntos más pequeños, combinaban lo tradicional con nuevos sonidos».

Después vendría la Revolución Cubana, lo que hace que «el eje de la música afrocaribeña» se desplace hacia Estados Unidos.

«Ahora es el barrio latino de New York, que rápidamente se conecta con otros barrios similares, es decir, de campesinos que se mudan a las ciudades, en Puerto Rico, Panamá y Caracas».

«El Nazareno»

El tema salió por primera vez en el álbum «Traigo De Todo», de 1974, y fue compuesto por Henry D. Williams.

Su intérprete «venerado, incluso deificado», dice la página web de la Fania, ocupa un lugar privilegiado en el panteón de la música latina y ha trascendido como Maelo, «el Sonero Mayor

Fray Richard Godoy es miembro de la Orden de la Merced y escribe y canta temas en géneros como el rap y el reguetón cristianos.

«La historia que conocí de Ismael Rivera, en el populoso barrio de El Chorrillo, cercano a las riberas del Canal de Panamá, donde nací, es que todos hablaban de su visita como un tremendo acontecimiento», le cuenta el sacerdote a BBC Mundo.

En la década de los años 70, Rivera se acercó a la tradición de la procesión del Cristo Negro de Portobelo.

«Él fue por ‘vacilón’, simplemente por pasarla bien, y terminó como promotor por convicción de una fe y de una experiencia personal en la que el mismo Cristo Nazareno le habla y le pide que dé a conocer esas palabras y se transforma en un vocero».

Maelo, indica el religioso, se convirtió en una especie de «profeta, que anuncia que su Cristo no los va abandonar» e invita a quien lo escucha a que haga el bien, «que cada devoto reparta bondad a sus semejantes como lo hizo el propio Cristo Nazareno».

César Miguel Rondón, comunicador social de amplia trayectoria en Venezuela, es el autor de «El libro de la salsa. Crónica de la música del Caribe urbano», considerada la biblia entre muchos amantes de ese género.

Conoció a Rivera y al hablar de «El Nazareno» destaca no sólo la devoción del artista, sino cómo la pieza es «un canto de amistad, un canto espontáneo, agradecido».

J. Armando Gruber Bolívar 

Tomado de fragmentos documentales de la BBC

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