La arrasadora explotación minera en Guayana, genera reacciones generalizadas, que claman por urgentes respuestas institucionales, nacionales e internacionales, por afectar Parques Nacionales, patrimonio natural de la humanidad
Reacciones generalizadas, sobrecargadas con preocupación y alarmas apocalípticas, se elevan con sonoridad notable, en el siempre agitado y efervescente escenario del sistema informativo global, cuyas plataformas de divulgación más populares son las redes sociales y los medios periodísticos tradicionales como El Diario de Guayana.
La arrasadora explotación minera en Guayana, genera reacciones generalizadas, que claman por urgentes respuestas institucionales, políticas y sociales, nacionales e internacionales, por afectar Parques Nacionales, patrimonio natural de la humanidad, el mayor reservorio de agua dulce de éste hemisferio y soporte de energía limpia, con el complejo hidroeléctrico del Bajo Caroní.
IMPACTO COLATERAL
La gravedad del asunto ambiental de Guayana por la minería desbordada, especialmente aurífera en los municipios del Sur del estado Bolívar, se proporciona exponencial y dramáticamente con su impacto colateral humanitario, visible, tangible y cuantificable, en las poblaciones mineras, indígenas y hasta urbanas, donde cuadros voluminosos de contaminación mercurial y de cianuro, paludismo, tuberculosis, desnutrición y otros males, las diezman irremediablemente, en paralelo con otros fenómenos sociales como la inseguridad, la explotación laboral, de adultos y niños, así también condiciones de vida precarias.
REACCIONES
Para el dirigente social y político Américo De Grazia, el recién conmemorado Día Mundial del Ambiente éste 12 de junio, fue un motor reflexivo, para darnos cuenta que en Guayana, no había nada que celebrar ese día, salvo reflexionar sobre la cruda y brutal realidad ambiental de nuestra región, “al contrario, entramos e una era holocáustica en los últimos 25 años. Nunca antes se había afectado el territorio al Sur del Orinoco de manera expressa por políticas de Estado, como ocurrió en los últimos años”.
Se quejó De Grazia de que en estos tiempos catastróficos, en los que el Ministerio del Ambiente fue eliminado, otrora guardian del patrimonio ambiental venezolano, las fundamentales y estratégicas reservas forestales del eje sur de desarrollo, “se convirtieron en zonas de explotación minera, de alto incidencia intervencionista en el ecosistema guayanés, no sólo en límites del estado Bolívar, sino también de Amazonas y el Delta del Orinoco, “convirtiendo además estos lugares en zonas de explotación minera, de saqueo y muerte del ecosistema”.
EL CALLAO BAJO ATAQUE
Por su parte, en El Callao, se están elevando voces de protesta que cobran fuerza, por la aparición en la zona de La Ramona, de una empresa minera trasnacional de origen chino, la cual, exhibiendo maquinarias pesadas de evidente utilidad en la remoción de tierra, otros equipos para la alta minería aurífera y personal asiático, toma asiento en el lugar, de vieja tradición agropecuaria y de resguardo ambiental, se apresta a iniciar operaciones.
En uno de sus acostumbrados análisis noticiosos por las redes sociales y radioemisoras regionales, bajo el epígrafe “Los Taquitos de Solito”, el periodista César “Solito” Decán hizo mención de la situación, citando la alarma y preocupación de la comunidad callaoense por éste hecho “sorpresivo”, en particular de su alcalde, el abogado y educador Jesús Coromoto Lugo, quien demandó respuestas y explicaciones de las autoridades nacionales y un freno inmediato a lo que han calificado como “invasión depredadora y exterminadora» del ecosistema del sector La Ramona, de El Callao. Nobel Medrano Matos /EDG
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