Textos escolares de preescolar y primaria mantienen operativas editoriales del país

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Los textos escolares de prescolar y primaria se han convertido en la tabla de salvación de editoriales y librerías venezolanas. El inicio de clases les permite mantenerse operativos, pese a la caída en la producción y ventas que experimenta el sector desde hace una década

Los meses de septiembre, octubre y principios de noviembre son los de mayor movimiento comercial y los más esperados por las editoriales y librerías, que aprovechan la temporada escolar para ofrecer los únicos textos impresos de este tipo que se continúan produciendo en el país.

“La mayoría de las editoriales que todavía sobrevivimos es porque vendemos libros para preescolar y primaria, porque en bachillerato los muchachos ven el libro como algo anticuado”, aseguró Julio Mazparrote, presidente de la Cámara Venezolana deñ Libro (Cavelibro). Reveló que  los más vendidos son los cuadernos de actividades como caligrafía, atención y concentración.

Mazparrote explicó que las casas editoriales, igual que muchas librerías, se han visto afectadas por diversos factores que han contribuido a la caída sostenida que enfrenta el sector.

Entre los problemas que destacó,  se encuentra la orden del Ministerio de Educación que estableció la prohibición de textos escolares diferentes a los pertenecientes a la Colección Bicentenario. Esta instrucción se giró en 2011 a todas las zonas educativas.

En la circular de fecha de 10 de octubre de 2011, identificado con el código MDZ2011-06,  se leía  que “queda terminantemente prohibido la solicitud y/o uso de textos o libros escolares en el nivel de educación inicial y de otros textos o libros para el nivel de educación primaria distintos a la Colección Bicentenaria”.

Para el año de su aparición, dicha colección, editada por el Ministerio de Educación, constaba de un combo de cuatro libros de Ciencias Naturales, Lengua y Literatura, Matemáticas y Ciencias Sociales, además de dos cuadernos producidos por la Industria Venezolana Endógena de Papel (Invepal).

“Desde el 2011 hasta la actualidad, las editoriales privadas nos dedicamos a dotar de libros a los colegios privados, que es lo que nos ha permitido sobrevivir”, sostuvo  Mazparrote e indicó  que de 25 agremiados de las editoriales que había en 2010, hoy solo quedan ocho, mientras que de 110 afiliados con los que contaba la Cámara Venezolana del Libro ahora solo quedan 30, que son los que mantienen activo el sector.

Otro de los reveses que ha enfrentado el gremio, está vinculado a la caída del.

Aseguró  que ante la caída de las ventas, muchas cadenas de librerías, sobre todo las especializadas, han cerrado sus puertas; otras se han diversificado a través de la venta de juguetes, regalos, papelería y otros artículos para poder mantenerse operativas.

Mercado de libros usados

Paralelo a la realidad que viven las editoriales y las librerías, en diversas zonas de Caracas,  crece la venta de libros usados en calles y plazas. Varias son visibles en diversas calles del centro de ls capital del país.

“Vivo en una pensión en Capitolio por la que tengo que pagar dos dólares diarios, por eso, cada día me traigo los libros que puedo cargar a mis 77 años -entre 20 y 30 unidades- y me quedo aquí desde las 9 de la mañana  hasta las 5 de la tarde”, relató  Rafael Ortega, vendedor de libros usados frente a la plaza Miranda del municipio Libertador.

Ortega cuenta con un inventario de “casi 500 publicaciones  de distintos géneros”, que van desde las novelas de acción hasta algunos textos escolares. “La mayoría de las mujeres prefieren las novelas románticas y los hombres buscan libros de acción y de suspenso. También vendo muchos libros de literatura buena como García Márquez y Rómulo Gallegos. Vendo al menos ocho libros en el día”, aseguró Ortega. En cuanto a los precios, indicó  que cada libro tiene un costo de entre 1 y 2 dólares, mientras que los más baratos los tiene a 10 bolívares. .

Además, contó que compra y vende libros usados desde hace tres años, cuando fue retirado de la empresa donde trabajaba como vigilante. Desde entonces, depende de los libros para mantenerse.

Diversidad de oferta

El puente de las Fuerzas Armadas es un lugar de referencia para la compra de libros usados. En este espacio, se concentran alrededor de 92 vendedores. Francisco Quiroz, que es uno de ellos y vende libros en el lugar desde hace 32 años, relató  cuál es la situación en este momento: “La mayoría de los libreros ahora vende varias cosas de la lista escolar. Por ahora están con la papelería, hace poco me enteré que se le gana más que a los libros, pero no sé si es solo por la temporada”.

En el puente de las Fuerzas Armadas se vende, pero también se compra. Quiroz explicó que todos los días llegan personas a ofrecerles enciclopedias y diccionarios de marcas conocidas, “sea porque el que leía ya no está o porque necesitan resolver”.

Otros ofrecen medicinas y comida a cambio de un libro que quieren. Según él, en una semana buena puede hacer “hasta 100  dólares y echándole un camión, porque antes la gente llegaba a comprar, pero ahora hay que venderle, ofrecerle algo similar si no tengo lo que buscan”. Los precios varían según varios factores, pero van desde  20 bolívares hasta 10 dólares  aproximadamente.

Tal Cual

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