Un tiro en la sien dejó sin vida a joven en el Core 8

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Boca abajo, con un tiro en la cabeza, sobre un terrenal; quedó tendido el cuerpo de un joven de 20 años. Presuntamente, fue víctima de un ajusticiamiento por parte de antisociales que azotan las calles del sector Core 8, en Puerto Ordaz.

Los detalles dados por los familiares del ahora occiso fueron muy escasos, sin embargo, el dolor que los embarga por la terrible pérdida no se pudo esconder. Anthony José Pérez Manríquez era el menor de 4 hermanos; conocido en su comunidad por su extrovertida y jocosa personalidad.
El reloj marcaba las 11:00 de la noche del domingo aproximadamente, cuando una detonación se propagó por la segunda calle principal del referido sector, entre la manzana 99 y la 100, adyacente a la Iglesia Cristiana Maranatha Gran Sabana.
Aunque los vecinos confundieron el sonido con las explosiones de fuegos artificiales, muy comunes por la época decembrina, la noticia no se hizo esperar. A escasos metros de su residencia: mataron al hijo de “Tabaco”. Con ese peculiar pseudónimo es conocido el padre del ahora occiso.
Presuntamente, Anthony conocía a sus verdugos y antes de quitarle la vida lo intimidaron colocándole el arma en la sien, donde luego le descargaron un proyectil. No fue a traición pero si a mansalva; extraoficialmente se pudo conocer que fue víctima de una venganza.
Fuentes policiales ligadas al caso deducen que Pérez fue asesinado en el mismo sitio donde lo encontraron, no hubo evidencias de haberlo arrastrado o tirado en el lugar donde murió. Incluso, se presume que lo arrodillaron antes de quitarle la vida.
Los sabuesos de la policía científica acudieron hasta la escena del crimen para recabar las evidencias dejadas en el sitio. Ya era la madrugada del lunes, cuando los funcionarios hicieron el levantamiento del cuerpo y lo trasladaron hasta la morgue del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc), en San Félix.

Otro muerto
Los detectives abrieron la investigación en torno al homicidio ya que, al parecer, el caso está involucrado con la muerte de otro sujeto que estaban velando por la calle de atrás de donde mataron a Anthony. Incluso, “la última vez donde lo vieron fue en el velorio” expresó una doliente del ahora occiso.
Extraoficialmente, se pudo conocer que Anthony era amigo cercano del individuo que estaban velando; mismo que fue identificado como Lucas Rodríguez, conocido en el barrio como “Luquitas”.
Rodríguez fue asesinado el pasado sábado, cuando dos sujetos armados irrumpieron en la casa de su suegra y le quitaron la vida. El homicidio se registró en una residencia del Core 8, adyacente a la Escuela Básica Gran Sabana Fe y Alegría.
Luquitas, al parecer, fue señalado como el autor de múltiples delitos que luego de un tiempo decidieron cobrarle y Anthony cayó en el paquete. Las versiones que giran en torno al caso son muy diversas y basadas en meras presunciones de dolientes que, entre el miedo de hablar y la impotencia de su dolor, buscan culpables.

¿Y la policía qué hace?
Delincuentes o no, en menos de 24 horas dos jóvenes perdieron la vida en el mismo sector; ambos, presuntamente, a manos de una misma pandilla. Moradores del sector exigen la intervención inmediata de figuras policiales competentes que puedan resguardar la integridad de los habitantes del Core 8.
“Aquí no existe ni ley ni orden, los guardias y policías son los primeros cómplices de los malandros, parece que su trabajo es resguardarlos” denunciaron. John buchelly Foto Archivo: César Flores

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